lunes, 29 de abril de 2019
COREOGRAFÍA
La danza mantiene en pocos lugares, la secuencia de la representación de los siete pecados capitales. En Puno, la diablada del barrio Porteño y la diablada del barrio Bellavista, ostentan los galardones de ser los iniciadores de la nueva etapa de difusión de la diablada por los años 60.
En su coreografía, distingue en la parte inicia la lucha entre el bien y sometiendo a los diablos, quienes bajo el mando del arcángel, desarrollan una vistosa y alegre coreografía, con pasos espectaculares en el caso de los diablos, cimbreantes en el caso de las chinas y diablesas y marciales por parte de los caporales.
La danza se desarrolla con una riqueza en sus movimientos y desplazamientos plásticos, los danzantes realizan mudanzas independientes, que al ensamblarse expresan toda su majestuosidad, resaltando las aspas y cruces, figuras del sol, cruces de diablos y chinas, círculos y figuras como dragones y máscaras.
Al final y quitándose la máscara, se realiza el cacharparyo fin de fiesta, con pasos corridos y trotes que se bailan al compás de un huayno, culminando de esa forma la danza.
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